El sueño y el sobrepeso

Dormir poco o mal se asocia tanto a una mayor probabilidad de aumentar de peso como a impedir perderlo. Esto se debe a que mientras dormimos se secreta una serie de hormonas que regulan el sueño, entre ellas la melatonina, estas ejercen una acción sobre el control de hambre, acumulación de las grasas y el consumo de energía.  Hay estudios que demuestran que el déficit de melatonina puede provocar síndrome metabólico,  que acaba desencadenado en obesidad.

La falta de sueño altera el ritmo de vigilia/sueño, aumentado hormonas como el cortisol, hormona asociada al estrés, modificando la liberación de leptina y grelina, acción que favorece la sensación de hambre, disminuyendo la sensibilidad de la insulina, lo que promueve la diabetes, e incluso empeora el metabolismo de grasas y por lo tanto aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. 

Este incremento en la sensación del hambre, conduce a elección de porciones más grandes, a la elección de alimentos más calóricos, a una mayor impulsividad y a una tendencia hacia el placer por comer.

En personas que duermen pocas horas, se ha observado que su ingesta de comida es mayor por la noche, en comparación con las personas que descansan bien.

Te invitamos a tener una buena calidad de sueño e integrar una higiene de sueño a tus días. Además, recomendamos acercarse con los profesionales adecuados para trabajar ambos aspectos, como lo son el nutriólogo y psicólogo.

REFERENCIA:

Griselda Herrero, Cristina Andrades. (2019) Psiconutrición Aprende a tener una relación saludable con la comida.